domingo, 5 de abril de 2015

Una historia de miedo

Sabía que tenía razón, no teníamos que haber curioseado la casa del Señor Mormont. Se lo dije a Fredic y a Luca, pero no me hicieron caso.
-Tranquilo, solo echaremos un vistazo-me dijeron; y aún así, mira como acabamos. Ah, perdón se me olvidó presentarme. Mi nombre es Tomás, pero todo el mundo me llama Tom. Tengo el pelo castaño, los ojos marrones y una nariz muy pequeña. Mis padres dicen que soy un chico apuesto, pero ya sabéis como son los padres. Hago bastante ejercicio porque me gusta el deporte, además me voy de casa por la tarde a correr por el centro del pueblo. La verdad es que suelo correr mucho, pero nunca tanto como la vez en la que fuimos a ver que pasaba en el jardín de la casa del Señor Mormont.
Algunas veces iba a su casa porque me cobraba por limpiarle la casa, y ya sabéis que un poco de dinero, nunca está mal. Aunque a partir de lo que vi en su jardín, no he vuelto a ir (ni volveré). Bueno, os dejo de aburrir y os cuento lo que pasó en su jardín.
Yo me acababa de meter en la cama,cuando me llamó Luca:
-¡Tío, ven rápido, estamos esperándote debajo de tu casa!-me gritó Luca.
-Tranquilo Luca, !eh¡espera,¿qué haces debajo de mi casa?, y ¿por qué quieres que salga ahora por la noche?- le pregunté.
-Estoy con Fredic, y nos vamos al jardín de la casa de Mormont. ¿No has oído tú unos ruidos? Vamos a echar un vistazo. Venga, baja rápido que hace frío.- Me dijo.
-Bueno, espera a que me vista y bajo, aunque pienso que no deberíamos ir.- Le respondí.
Lo que no sabía, era lo que me iba a ocurrir de un momento para otro.

1 comentario:

  1. Estupendo trabajo, Javier, es un planteamiento muy interesante y aparecen los elementos que hemos visto en clase. Bien hecho.

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